Esta mañana he tenido dos entrevistas de trabajo. Hace mucho tiempo que no me ponía a buscar un trabajo de forma tan desesperada. Porque no suelo buscar trabajo de forma desesperada, las cosas como son. Incluso, si me apuras, no suelo ni buscar trabajo. Hasta ahora lo único que hacia era trabajar cuando surgía la oportunidad. Ya conocéis ese dicho que dice (valga la redundancia) que el trabajo nunca va a venir a llamar a tu puerta, o algo así. Bien, pues yo, hasta ahora, los trabajos que he tenido han sido siempre los que han venido a llamar a mi puerta. En plan:
TRABAJO
Hola. ¿Está Juanje?
MI MADRE
No. Está entrenando… ¿Qué quieres?
TRABAJO
Que venga a impartir un curso muy bien pagado.
O…
TRABAJO
Hola. ¿Está Juanje?
MI MADRE
No. Está ensayando… ¿Qué quieres?
TRABAJO
Pues dile que si le apetece cubrir unas vacaciones en un periódico.
Aquí un currículo sin desperdicio. Pinchad, ampliadlo y lo leéis.
He echado muy pocos currículos en mi vida. Y como soy así de impulsivo, cuando los echo, los echo a cascoporro. Pero suelo dedicar dos días al año a hacer eso, no más. Por eso los trabajos llaman a mi puerta. Y les abre mi madre porque yo casi nunca estoy.
Total, que me pateé durante un tiempo Málaga entera, justo después de volver de mi año en Getafe, buscando trabajo por los medios de comunicación. Desde las delegaciones de los medios nacionales en Málaga hasta los medios locales. Y nada.
Después me hice el Máster en profesorado. Hice un amago de presentarme a oposiciones pero como se dice en mi pueblo, a última hora “me meé en el chocho como las vacas flacas”. Vamos, que me cagué y no me presenté. Y me entró (otra vez) el orgullo de ser artista: “¡porque yo soy cómico-monologuista, y es en eso en lo que me tengo que centrar!”.
Bien, vamos a pararnos en este punto. Es cierto, ahora mismo soy cómico. Trabajo en eso exclusivamente. Y eso quiere decir que los meses “buenos” de actuaciones, soy unpocomásdemileurista. Pero eso también quiere decir que en los meses malos de actuaciones, soy unpocomenosdetrescientoseurista. No soy el yerno que ninguna suegra quisiera tener, amigos. Eso es una realidad. Por eso en esta entrada os decía que actualmente vivo de mis padres.
El caso es que hace un mes, más o menos, me volví a patear Málaga. Pero esta vez fui a todos los colegios e institutos privados, ofreciéndome como profesor. Y conseguí menos resultados aún que con los medios de comunicación.
Otro punto importante es que, cuando me fui a Madrid, perdí la fe en dos modos de encontrar trabajo: las ETT (concretamente, Manpower en la que estuve buscando trabajo de LO QUE SEA y… ¿a vosotros os han llamado? Porque a mí no), e Infojobs.
Hace dos días empecé a solicitar otra vez puestos de trabajo a través de Infojobs, pero le dije a mi chica que no confiaba absolutamente nada en las posibilidades que me daba esta web. Además de porque mi currículo puede llevarse el premio al más desactualizado de la historia (si existiera), porque nunca antes me habían llamado absolutamente para nada por ofertas de trabajo que yo había solicitado.
Eché otra vez currículos por Infojobs antes de ayer. Ayer me llamaron para una entrevista hoy. Ayer por la mañana eché más currículos. Y me llamaron para una segunda entrevista hoy. Esta mañana he tenido las dos entrevistas de trabajo. Esta tarde, me han llamado de la primera de ellas, diciéndome que soy uno de los seleccionados. Mañana por la tarde me dan un cursillo. Pasado, empiezo a trabajar.
No es el trabajo de mis sueños, no está bien pagado… pero por lo menos me dará un “mínimo” mensual. No pienso dejar de actuar. No pienso dejar de escribir. Pero, por lo menos, ahora no seré uno más en las largas colas del paro. Y, sólo por eso, hoy me siento un poquito mejor persiana.