Pero volvamos atrás. Mientras estudiábamos el máster (el de guión… el bueno), cuando cualquier profesor nos daba su charla/clase/oloquehubieraidoadarallí, al final nos decían que podíamos preguntarle lo que quisieramos. Siempre, las dos primeras preguntas estaban relacionadas con el temario que acababa de exponernos y la tercera era: ¿Cómo entraste tú al mundo del guión? Da igual que el guionista-profesor en cuestión escribiese para cine o tele. Era lo que más nos interesaba en ese momento.
Ellos respondían siempre con historias en las que terminaban trabajando como guionistas de la manera más natural del mundo. Del tipo: “Gané un concurso de literatura, un tipo se fijó en mí y me ofreció un trabajo como guionista…” ó “Empecé escribiendo pequeñas cosas, sinopsis, e intentando venderlas… y poco a poco comencé a trabajar en esto”, e incluso “un productor me ofreció un regalo por que le desarrollara un guión”. Todos nos quedábamos con la boca abierta, e incluso alguna vez a una de mis compañeras se le escapó un “¡Qué fácil!”, que en nuestro código secreto quería decir… “¿y qué coño hago yo gastándome tantos miles de euros entonces aquí, para no conseguir lo que tú has conseguido como quién no quiere la cosa?”.
A lo que voy es que actualmente no hago otra cosa. Escribo, escribo y escribo. Empezando por este blog, que no es más que una apuesta firme por mi trabajo escribiendo, al menos, dos veces todas las semanas. Pero os aseguro que escribo más. Tengo ahora mismo muchos proyectos, de los que la mayoría seguramente nunca vean la luz. Tengo un proyecto de cortometraje para escribir y dirigir, algo para escribir en teatro, un largo que desarrollar, me gustaría escribir más sketches, gags que trabajar para los escenarios de los pequeños locales que cuentan con mis monólogos (que es lo que ahora mismo supone mi sustento más inmediato)… Dicen que el que mucho abarca, poco aprieta. Y yo también lo pienso. Pero yo soy una persona que necesito presión. Necesito un plazo, una fecha de entrega, un día límite… Y si ha salido algo, está bien. Pero sin eso, conociéndome, sé que no va a salir nada.
El problema viene ahora. Me siento agobiado por todo esto. Pero es un agobio que no puedo manifestar ni expresar porque, a ojos de la sociedad, NO ESTOY HACIENDO NADA. Soy una persona en paro. Y cuando digo de la sociedad no me refiero sólo a los señores de Hacienda (que también). Me refiero a TODOS: familia, amigos…
Las obligaciones y quehaceres diarios se me van acumulando. Los compromisos ocupan mucha parte de mi tiempo. Es como si a todos los asuntos que mencioné antes sólo pudiese dedicarle el tiempo libre que no tengo. Y precisamente ahora, está comenzando una etapa de mi vida en la que TODOS ESOS ASUNTOS SON MI TRABAJO. O al menos, eso pretendo.
Nicolas Cage interpretando al guionista Charlie Kaufman en un fotograma de la película "Adaptation".
Por eso he decidido hoy hablaros del “Asalto al guión”. Porque más que un “salto”, o una actividad profesional que comienza a desarrollarse de manera gradual al terminar una formación académica, como en muchas otras especialidades, mi impresión hoy en día es que es un mundo en el que tenemos que entrar con una media en la cabeza y a punta de pistola. Y perdonad la metáfora, pero es que anoche antes de dormir me vi una de Scorsese.
2 comentarios:
y yo, que me incluyo en ese grupo que tú has descrito como que creen que NO ESTÁS HACIENDO NADA, o sea, tus amigos, te apoyo a que sigas escribiendo. romantic-on sólo fue una muestra de tu talento que vió la luz. y lo mejor aún está por llegar, no lo dudo.
Un productor que te lee y le gusta lo que escribes.
Un productor pequeño pero que esta desarrollando dos series.. ya me dirás
www.ezekielmontes.com
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