Pero esto no es del todo así. Porque por ejemplo, en dos ocasiones he oído a directores que escriben sus propios guiones decir abiertamente que ellos son “guionistas por obligación”, que escriben sus propios guiones porque es el método más fácil y rápido para dar el siguiente paso en la producción de una peli, que es el que a ellos realmente les interesa: dirigir.
En España, además, se suele dar muchísimo la figura del guionista-director. Y no sé, sinceramente, si es porque todos los directores quieren escribir sus propias historias o, por el contrario, si se debe a que todos los guionistas quieren dirigir sus propias películas. Pero sinceramente creo que es lo de menos.
Don Daniel Sánchez Arévalo.
No estoy diciendo con esta entrada que cada persona se limite a hacer una cosa y punto. Hay mucha gente que es muy buena haciendo las dos cosas. Y ahora sí voy a dar nombres. Por ejemplo, a mi me gusta muchísimo Daniel Sánchez Arévalo en su doble faceta de guionista-director. Al contrario que lo que pienso de Robert Rodríguez, Sanchez Arévalo me parece mucho más guionista. Pero no quiere decir que en la dirección no sea uno de los grandes. A mí, su ópera prima Azuloscurocasinegro me parece una de las mejores películas del cine de nuestro país de los últimos años.
Y para terminar, os contaré una batallita. A mí, personalmente, me llama muchísimo la atención dirigir, aunque tengo que reconocer que se me da mejor escribir. En una ocasión, cuando estaba estudiando en la capital del reino, una de las más grandes guionistas de nuestro país, Lola Salvador, preguntó en clase que a quién le llamaba la atención también dirigir. En una clase de guionistas, sólo otro alumno y yo levantamos la mano. A mí me preguntó por qué me gustaría dirigir y le respondí que me daría muchísimo miedo ver cómo un mal director coge una historia que yo he escrito involucrándome en ella al máximo y la destrozara (porque siempre existe esa posibilidad, igual que un buen director podría hacer de tu mediocre guión una obra maestra… esto está más difícil pero también lo creo).
El caso es que creo que la llegué a enfadar. Y nos dijo a todos que lo tomásemos como un juego, que una cosa es la película que nosotros hemos escrito y otra cosa la película que finalmente se ha hecho. Que nos podríamos llegar a sorprender cómo todo lo que representamos en nuestra imaginación se transforma hasta dar lugar al producto final, el producto real… etc. Vino a decirme algo así como que no creía que esa fuera la actitud de un buen guionista, sino que yo estaba más cerca de lo que he dicho antes: el director que quiere escribir sus propias historias.
El guionista John August.
Y por último, me gustaría resaltar que todos los guionistas también escribimos, un poquito, por ego. Es cierto que no tendremos nunca el ego de un actor, y que generalmente (o por lo menos, así es el cliché) el guionista es el ser introvertido que vive en su mundo y se encuentra mucho más a gusto en casa, en una habitación oscura con la luz de la pantalla reflejada en las gafas que frente a la sociedad. Yo no me incluyo en esa descripción porque, al ser cómico, tengo lo friki del guionista pero también algo del actor (seguramente reúno lo malo de los dos perfiles). Pero como leí una vez al gran John August (guionista de alguna que otra cosita como Big Fish o La Novia Cadáver, entre muchas otras): "odio tener que ponerme a escribir, pero me encanta la sensación de haber escrito". Es algo con lo que estoy totalmente de acuerdo. Y creo que dice mucho.
1 comentario:
"odio tener que ponerme a escribir, pero me encanta la sensación de haber escrito".
No puedo estar más de acuerdo ... :)
Spain is dfferent, en muchos sentidos, pero sobre todo en el cinematográfico. Aquí tenemos el concepto rancio de que un buen director tiene que haber escrito sus propios guiones, parece que se nos olvida que grandes maestros del cine, desde Hitchcock a Spielberg pasando por Scorsesse, son pésimos guionistas pero brillantes directores. Por eso casi siempre recurren, o recurrían, a guiones ajenos. Obviamente luego hay gente como Billy Wilder, Almodóvar, Paul Thomas Anderson y demás que son execepcionales guionistas a la vez que geniales directores. Pero creo que lo mejor es conocer las limitaciones de cada uno, a mí me parece loable que Spielberg sepa que no sabe escribir y se limite a dirigir, peor sería tener un ego enorme (como cierto dire español que yo me sé, que se cree que ha inventado el cine) y querer ser guionista y director cuando no se sirve para una de las dos cosas.
Yo opino como tú, yo escribo porque sencillamente lo necesito ... y no concibo que alguien dirija un guión mío por lo mismo que tú dices, mi implicación es tanta en mi historia que no sé si quiero que alguien que no sea yo la lleve a la pantalla. Pero supongo que si el cheque es bueno, podemos hablar ... :)
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