La llegada de mi señora a Madrid es inminente. El viernes que viene, saldrá de uno de los AVEs que llegan hasta Puerta de Atocha aproximadamente a las nueve y media de la madrugada. Pero bueno, no me quejo de la hora, porque ella sí que tiene que levantarse para venir a verme a horas intempestivas de verdad.
El caso es que viene para que le enseñe Madrid, conozcamos un poquito la ciudad… y yo no la conozco nada. Pero nada, de nada. Cero. Así que ayer, me levanté (sobre las diez de la madrugada, más o menos) y me fui para la capital, a calcular más o menos una ruta que pueda hacer con Laura.
Me fui hasta Atocha en tren y, luego allí, empecé a andar. Llegué caminando a la plaza de Neptuno… y me volví. En realidad, si hubiese seguido, hubiera podido llegar hasta Cibeles. Pero como soy ignorante de la geografía madrileña, tontorrón y desorientado, me volví. Hice paseo del Prado para arriba y para abajo. Luego, tiré por la cuesta de Moyano, hasta el Retiro. Y ahí, en la cuesta de Moyano, fue donde descubrí la Fnac de los pobres.
Había unos stan con libros, todos ellos usados y muy baratos. Al estilo de los puestos que ponen en el Paseo del Parque en Málaga cuando se acerca la Feria del Libro. Total, que me puse a ver libros como un tonto. Y también, DVDs.
Tenía previsto que, para la hora de comer, iba a estar de nuevo en el piso en Getafe. Porque tengo un montón de comida comprada y porque no está la economía como para gastarme los dineros en comer fuera, aunque fuese en un Mc Donald. Pero la economía se la pasa una por el forro cuando encuentra cosas como la biografía no autorizada de Steven Spielberg y una biografía de Marlon Brandon, a 50 céntimos cada libro. Un orgasmo.
Y ya puestos, me compré dos libros más: “La noche de los asesinos” y “Gente Muerta”, libros que pienso regalarle a Laura, para su padre (y lo publico porque ella ya lo sabe, no es ninguna sorpresa). Libros con títulos alegres (ironía), pero que prometen ser muy interesantes.
Ya me iba para casa, pero seguí sin poderme resistir. En un kiosco, justo al final de la cuesta de Moyano, películas a cinco euros… me cago en la puta. Vi como cinco o diez películas, a ese precio, que me gustaría ver y/o que nos han puesto como ejemplos en la clase del Máster. Pero sólo me compré una: Hormigas en la boca. Las razones son sencillas: me llamó mucho la atención el año que inauguró el Festival de Málaga y, además, está escrita por Mariano Barroso (que también es el director), Tom Abrams y Alejandro Hernández… mi tutor en el Máster de guión. Había que verla, y ayer la vi.
Bueno, y después de contaros un poco mi vida, voy a ver si os puedo poner un hallazgo que hice no hace mucho. Se trata de un cortometraje de Daniel Sánchez Arévalo, rodado ya después de hacer su goyarizada película (que supongo que será el equivalente español a oscarizada… si no es así, que se pongan las pilas los de la RAE) Azuloscurocasinegro. No tiene nada que ver con el post de hoy… pero es que me gustan un montón. El corto se llama “Traumalogía”. Disfrutadlo.